Para un deportista las dolencias y las lesiones forman parte de su día a día. Por ello, recurrir a los masajes es algo habitual que alivia las dolencias, prepara al cuerpo antes del entrenamiento o ayuda en la recuperación tras un esfuerzo.
Por tanto, en función de las necesidades, el masaje tendrá distintos objetivos:
Las maniobras que se emplean son lentas y amplias (deslizamientos superficiales y profundos), rápidas (golpeteos) amasamientos o fricciones. La terapia manual se adapta a las necesidades y a los objetivos según los hallazgos durante la palpación, puntos de gatillo, inducción miofascial, masaje tejido conectivo...
El objetivo del masaje deportivo es mantener en el mejor estado físico la salud del deportista, siempre buscando prevenir lesiones en lugar de de tratarlas.