
Es una afección de la rodilla que consiste en el desgaste o debilitamiento del cartílago que evita la fricción entre el fémur y la rótula.
Ocurre por múltiples causas: deporte, mala alineación del mecanismo extensor, lesiones anteriores, sedentarismo, vejez, inflamación...
Los síntomas suelen depender del origen de la lesión. Puede ser dolor agudo al flexionar rodilla, rigidez y dificultad para mover la pierna, debilidad en los cuádriceps y chasquidos.
Hay que tener en cuenta qué, el cartílago no se regenera por lo que el objetivo no es la cura, sino minimizar el daño causado por la condromalacia rotuliana.
El tratamiento osteopático trata de restablecer la normalidad mecánica del eje de la cadera, rodilla, pie y pelvis. Descargar el cuádriceps para evitar tensiones al tendón rotuliano, asegurando la movilidad sacroilíaca y lumbar y equilibrando las tensiones musculares que podrían generar adaptaciones a los miembros inferiores.