
Es la contracción repentina y dolorosa de un músculo y la incapacidad para relajarlo de forma voluntaria. Nuestro organismo genera este mecanismo de defensa para evitar rotura de fibras.
Se produce por el sobresfuerzo al que se ven obligados los músculos si se someten a ejercicio intenso o prolongado en el tiempo. O falta de calcio, potasio, magnesio o deshidratación.
El síntoma es un dolor repentino y tensión en la musculatura afectada que imposibilita continuar con la actividad.
La terapia osteopática se enfocaría en relajar el músculo a través de diferentes técnicas. Estiramiento pasivo, contracción isométrica de la musculatura antagonista y, masaje relajante y descontracturante. Se recomienda mucha hidratación y aplicación de tira kinesiotape para disminuir el tono muscular.
Recuerda que la prevención evitará lesiones. Calentamiento, estiramiento, hidratación, alimentación rica en sodio, magnesio, calcio y potasio.