
Hay muchas formas de sentir el dolor de cabeza, tanto por la forma en la que aparece como su ubicación. Puede darse en forma de presión, calambre o punzada, en las sienes, la frente, la nuca, a un solo lado o a ambos.
La duración también es un factor importante ya que puede ser constante, intermitente, aparecer de golpe o progresivamente, durar unos minutos o unos días.
Los tipos de cefaleas más comunes son las tensionales, por el aumento de tensión en los músculos de hombros, cuello y cabeza (estrés, ansiedad, malas posturas, desequilibrios musculares...) o cefaleas migrañosas o migrañas, con fuertes dolores en uno o ambos lados de la cabeza y que mejora ligeramente con reposo, silencio y oscuridad (problemas del sistema circulatorio, metabólico, problemas de visión, tensión muscular...)
El tratamiento osteopático comienza con una valoración de las estructuras que presentan disfunciones para encontrar la causa de la cefalea.
Las técnicas manipulativas y osteopáticas varían según los antecedentes, factores de riesgo, etc. pero el objetivo es eliminar la tensión de músculos, fascias y corregir articulaciones.
La terapia mejora el estado del cuello y cabeza, busca el equilibrio muscular activando los músculos inactivos con ejercicios suaves y alivia la presión sobre vasos sanguíneos (migrañas) o vértebras y músculos (cefaleas tensionales).
La osteopatía no sólo mitiga el dolor de las cefaleas, también busca prevenirlas mediante recomendaciones posturales y ejercicios de relajación.