
Es una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada por vías respiratorias hiperreactivas, donde se produce una reticencia hacia un alérgeno (polvo, pieles de animales, gases, etc.).
Esto provoca irritación y un estrechamiento de las vías respiratorias, en particular de los bronquios. Se da una inflamación y espasmos musculares, por lo que es difícil respirar.
En la consulta de osteopatía se tendrá en cuenta la sibilancia, el movimiento de la caja torácica, diafragma, columna vertebral, articulaciones, músculos...
El objetivo es mejorar la función respiratoria y mejorar la movilidad de la caja torácica mediante el uso de movimientos rítmicos, masajes suaves y estiramientos, sobre el tejido blando. A menudo se trabaja en la liberación de la tensión del diafragma junto con el cuello, para ayudar a aliviar los síntomas musculoesqueléticos del asma.
Es ideal comenzar el tratamiento tan pronto como sea posible, ya que esto evita la rigidez crónica de la caja torácica y el acortamiento de los músculos asociados:
Libera las restricciones en el pecho y las costillas, relaja los músculos respiratorios. Mejora el drenaje linfático de los pulmones y vías respiratorias. Optimiza el suministro de sangre en el pecho. Libera las interrupciones nerviosas a la fluctuación dilatadora.
La osteopatía no cura el asma, pero sin duda, mejora sus síntomas y facilita, de manera exponencial, la calidad de vida de una persona asmática.