
La osteopatía visceral se basa en la aplicación de masajes suaves para estimular la movilidad, el tono y el movimiento normales de las vísceras y sus tejidos conectivos.
Las disfunciones intestinales pueden dar lugar a tensiones internas que pueden manifestarse en dolores de espalda, entre otros.
La osteopatía trata el cuerpo como un todo, lo que significa que el dolor es una señal, pero no la causa del problema.
Por eso se evalúa todo el cuerpo (huesos, músculos, ligamentos, vísceras, tejidos conectivos, sistema nervioso)
El estómago, el hígado, los intestinos y otras vísceras están parcialmente inervados por los nervios que salen de la médula espinal (alojada en la columna vertebral).
Si existe dolor constante el estómago “enviará”, a nivel de la médula espinal (a través del nervio esplácnico mayor), mensajes que el cerebro podría interpretar como un dolor muscular en el centro de la espalda.
La movilidad visceral es clave porque muestra cuanto pueden contraerse y liberarse los órganos según sea necesario. El masaje combina presión, golpes profundos y fricción para eliminar las adherencias.
A través del masaje las fibras de colágeno que forman la fascia, se aflojan para romper las adherencias. Poco a poco van recuperando su movilidad.
La terapia ayuda a restablecer el equilibrio del cuerpo en su conjunto, acelerar la curación y disminuir los síntomas.